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Candy Fernández: “En el Sporting solo cobré en mis últimos 2 años"

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Candy Fernández es ya una de las leyendas del Sporting de Gijón, tras 15 años defendiendo su camiseta y siendo la capitana y líder del equipo. Empezó a jugar al fútbol en el patio de su colegio siendo muy pequeña, como muchos niños, pero pronto se dio cuenta que era su pasión, por lo que pidió a su padre que le apuntará a la escuela de Mareo. A partir de ahí, todo fue hacia arriba.

 

P: Empezaste hace muchos años en el fútbol femenino. ¿Cómo tomas la decisión de dedicarle tanto tiempo?

R: Yo solo quería jugar, no pensé en ningún momento en que el fútbol me fuera a dar beneficio económico. Me lo pasaba muy bien jugando, y sabía que por diferencia de sexo iba a llegar el momento donde tuviera que dar el salto a un equipo femenino, porque a partir de una edad no podía jugar con los chicos. Si quería pasarlo bien no tenía otra opción.

 

P: ¿Cómo una niña de un pueblo pequeño como Tineo llega al Sporting?

R: Al estar en de la Escuela de Mareo, cada 15 días o un mes todas estas escuelas nos juntábamos en Gijón y hacíamos pequeños campeonatos y partidos de fin de semana en Mareo. Ahí recuerdo ver por primera vez la parte femenina de Mareo y darme cuenta que existía equipo femenino. El verdadero salto llegó con la selección asturiana femenina, que convocaba a todas las niñas que jugábamos al fútbol en ese momento en Asturias.

 

P:¿Cómo influyeron tus padres en tu carrera como futbolista?

R: Para beneficio total. Siempre fueron muy claros conmigo, podía jugar a lo que quisiera siempre y cuando sacara adelante mis estudios. Ir a entrenar desde mi casa a Gijón suponía un gran esfuerzo económico y de tiempo, ya que tenia que hacer 3 horas de viaje dos o tres veces a la semana, por lo que hicieron un sacrificio muy grande.

 

P: ¿Cómo es compatibilizar estudios y fútbol?

R: Es un poco complicado, sobretodo si tienes que entrenar lejos como es mi caso. Muchas veces aprovechaba el viaje e iba estudiando en el coche. Después, cuando volvía a casa, me quedaba hasta la una o las dos de la madrugada estudiando en mi habitación.

 

P: ¿Tuviste que compaginar el fútbol con trabajo?

R: Claro que sí, a día de hoy tengo que seguir haciéndolo. En el Sporting solo cobre los 2 últimos años que estuve ahí, tanto yo como el resto de la plantilla. Además, solo nos daban una paga simbólica, para poder cubrir gastos, aunque hay jugadores que vienen desde bastante lejos y ni les alcanza.

 

P: ¿Cómo fue el paso de entrar en la estructura del Sporting? 

R: Fue un proceso que fue cambiando poco a poco. Al principio, cuando llegué a Mareo, teníamos equipaciones diferentes, nosotras vestíamos de negro mientras que las camisetas del Sporting eran rojiblancas. El acceso a la clínica cuando eramos parte de Mareo era muy restringido, teníamos un horario fijo para que nos atendieran y muy de vez en cuando. Con el paso de los años las cosas fueron cambiando, nos fueron dando más equipaciones, pudimos ir al gimnasio y nos dieron más libertad a la hora de ir a la clínica.

 

P: ¿Compartíais instalaciones con el Sporting masculino?

R: Lo que son los vestuarios no. Nosotras nos cambiábamos en la parte media de Mareo, en unas casetas que hay en frente del campo 5, que las utilizan para la escuela de Mareo. Los últimos años ya nos trasladaron a la parte de arriba, pero no podíamos compartir pasillo con la sección masculina, teníamos que entrar al vestuario por la parte de fuera.

 

P: ¿Cómo es ser capitana del Sporting?

R: Siempre lo dije, es un orgullo. Yo soy del Sporting desde pequeña, por lo que es un sueño cumplido. Cuando me nombran capitana no sabía ni lo que era, conoces la figura del capitán, pero no te haces idea de las responsabilidades que conlleva. Empecé siendo capitana en el Sporting B, donde no tenía mucha importancia, pero con el salto al primer equipo las cosas cambiaron, ya que era la voz del equipo y tienes que saber cuando apretar al equipo o cuando dar un achuchón.

 

P: ¿Qué futbolistas te inspiraron para tener tu estilo como capitana?

R: No me fije en nadie hasta que fui mayor. Mis ídolos de pequeña fueron Rivaldo y Ronaldinho y ninguno de ellos creo que tenía un estilo marcado. Con los años me empecé a fijar en Carles Puyol, ya que me parecía que representaba unos valores muy grandes dentro del terreno de juego. 

 

P: ¿Cómo estás viviendo la evolución que está sufriendo el fútbol femenino desde que empezaste a jugar hasta ahora?

R: Esperaba que este salto hubiera venido hace unos cuantos años, porque era lo que siempre se decía. Se habló mucho de inversiones de dinero o de cosas que se iban a crear que al final nunca vieron la luz hasta hace dos o tres temporadas. Pero no es tanto el crecimiento que hay como el que se le quiere dar a entender. Creo que todavía queda muchísimo para que el fútbol femenino esté en la elite o para que se considere un deporte más.

 

P: Cada vez hay más jugadoras de fútbol femenino que son estrellas del deporte. ¿crees que poco a poco el fútbol femenino llegará al estatus que tiene el masculino?

R: Ojalá, pero lo veo muy difícil porque que el fútbol masculino está a un nivel inalcanzable para casi cualquier deporte.  Los números que mueve el deporte masculino son exageradamente grandes, pero lo importante del fútbol femenino es crear unos referentes para las niñas que quieran jugar. Yo no tenía ningún referente femenino  y si lo hubiera tenido hubiera sido más fácil para mi.

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