Luis Gallego: "Los filiales tendrían que jugar una liga aparte"
Cuando piensas en el presidente de un club de fútbol, se te viene a la mente la imagen de un hombre adinerado cuyo único objetivo es sacar beneficios con el club. Luís Gallego está en las antípodas de esta idea. Cuando hablas con él, te das cuenta de la pasión que siente por su equipo, el Marino de Luanco. Aunque ya está jubilado, sigue al pie del cañón luchando para que uno de los amores de su vida pueda seguir adelante. Con 36 años como la cara visible del proyecto a sus espaldas, todavía le queda gasolina para seguir liderando a uno de los equipos más importantes del fútbol asturiano.
Pregunta: ¿Cómo fue tu llegada al Marino de Luanco como presidente?
Respuesta: Al Marino llevo ligado toda mi vida. Esta temporada es mi 36º temporada como dirigente y fui jugador durante 12 años. Menos unos años que me fui a vivir a Oviedo, siempre he estado relacionado con él. Fue algo bastante sencillo, en 1984 el presidente del club era Ramón “Montán”, un hombre que era mayor y necesitaba ayuda. Yo llegué al equipo porque necesitaba una transformación. Junto con Julio César, una persona muy entendida en el mundo del fútbol, y Viña, que jugaba de portero y hacía de secretario general, cogimos el timón en apoyo a ese hombre, y estuvimos así 6 años. En esa época cambiamos muchas cosas, empezamos a buscar recursos atípicos que antes ni se pensaban como publicidad y empezamos a mejorar poco a poco. El año que empezamos pasamos de Primera Regional a Tercera División, y a partir de eso nunca hemos vuelto a bajar a categorías regionales. En los 90 cogí las riendas del club como presidente, aunque mis funciones eran las mismas que antes. Es un club que llevo dentro y es parte de mi vida.
P: ¿Cómo es tu trabajo en el club?
R: De las 24 horas del día, dejó 6 o 8 para el trabajo, 6 para descansar y lo que queda se lo dedico al Marino de Luanco. Es dedicación casi plena. Tengo un grupo de gente muy importante que me rodea y que es muy trabajadora. Somos un club totalmente altruista que vamos cumpliendo objetivos poco a poco, tenemos que buscar patrocinios, anuncios y esas cosas. Llevamos muchos años dirigiendo el club, algunos llevan conmigo 30 años, por lo que tenemos mucha experiencia para esas cosas y hacemos tareas totalmente atípicas.
P: ¿Ser presidente es rentable o se pierde dinero?
R: Ser presidente o directivo de cualquier club modesto te cuesta dinero. Tienes gastos con el teléfono, con el coche… Aquí nadie cobra, así que solo te ocasiona gastos. Si un día te encuentras con dos o tres jugadores en un sitio pues les invitas, otro día compras fruta para el equipo y no vas a pedir el dinero por 4 piezas. Dinero siempre te cuesta, pero es lo mismo que el que se lo gasta para ir a cazar o en ir a la nieve. Para mi es un hobby. Para conseguir que esto vaya bien hay que dedicarle muchas horas, echar mano de amigos y de empresas afines, pero me lo tomo como lo que es, una afición que da igual el tiempo que me ocupe.
P: ¿Es difícil compaginar la gestión de un equipo con tu trabajo principal?
R: En mi caso es bastante sencillo. Ahora estoy jubilado, pero cuando trabajaba tengo una mueblería y me dedicaba a temas de administración. Además, tengo 4 empleados, lo que me facilita muchos las cosas. Mi negocio me daba tiempo para asumir el Marino de Luanco sin ningún problema, aunque lo hiciera fuera de horas.
P: Uno de los mayores logros en tu presidencia en el Marino marino fueron unos 32avos de la Copa del Rey ante el “SuperDepor”. ¿Cómo viviste ese partido?
R: Fue uno de los momentos más importantes en la historia del Marino. Fue en la temporada 2001/2002 y en primera ronda nos tocó jugar ante el Palencia. Los ganamos sin problema y en la siguiente ronda nos tocó uno de los mejores equipos de la época, el Deportivo de La Coruña. De aquella Miramar no tenía iluminación artificial y tuvimos que hacer una obra que nos costó 55 millones de pesetas. Estuvimos 4 o 5 años pagando esas luces, porque no éramos un club con demasiado dinero. El campo tenía un aforo de 3500 personas y utilizamos unas gradas supletorias para aumentar la capacidad hasta 5000, que son los habitantes que tiene le pueblo, y así todo el mundo posible podía ver el partido. La foto que utilizamos en los carteles del club es de ese día porque el ambiente fue espectacular. Empezamos el encuentro ganando 1-0, pero al final acabamos con un 1-4. Al Deportivo se le complicaron mucho las cosas porque nos adelantamos en el marcador, pero nos expulsaron un jugador en la primera parte y nos acabaron remontando. Cosas del fútbol. Aquel Marino era un gran equipo, en la misma temporada se alzó con el campeonato de liga, con la Copa Federación Autonómica y Nacional y ascendió como primero de grupo a Segunda B. Todo lo que jugamos lo ganamos.
P: ¿Cómo está afectado la crisis del coronavirus a los equipos más modestos?
R: Nosotros este año ya hemos acabamos, hemos pagado todo, no vamos a tener déficit y ya estamos pensando en el año que viene. Ahora todos los equipos estamos en una circunstancia que todavía no sabemos ni qué presupuesto vamos a tener. Lógicamente la subvención de la Federación bajara así como los ingresos atípicos por la crisis económica. Todo esto supone recortes que van a ser difíciles de subsanar. Nosotros queremos mantener el bloque de este año, pero habrá que ver cómo se toman los jugadores que no haya dinero. A ver qué medios tenemos la temporada que viene, porque tenemos que hacer un presupuesto para cubrir los gastos. En mis 36 años en el club nunca me he endeudado y quiero que siga así. Hay que hablar con los dirigentes y con los jugadores, siempre con la realidad en las manos, porque el cambio va a ser importante.
P: A nivel económico, ¿el Marino de Luanco tiene asegurada su supervivencia?
R: Ahora mismo hemos dado por finalizada la temporada y no tenemos ningún problema económico. Nunca los hemos tenido y espero que pueda seguir siendo así. Eso no puede ser. Una ventaja que tenemos nosotros es que aunque paguemos poco, siempre cumplimos con ello, que para mi es muy importante.
P: ¿Qué opinas de que jugadores que cuestan 40 millones de euros jueguen contra vosotros?
R: Mientras sigan los filiales se van a seguir viendo estas cosas. Nosotros con el fútbol base incluido tenemos un presupuesto de club de 480.000 euros, que entre salarios y desplazamientos del primer equipo se van en nada. Por Miramar han pasado jugadores que cobran más que todo el presupuesto del Marino. Además, somos uno de los equipos con el presupuesto más bajo de la categoría. Como llevo tantos años, por aquí he visto a jugadores como Carvajal, que lesionó a Jony, actual jugador de la Lazio, sacandole el hombro del sitio. Este año tuvimos la desgracia de que cuando jugamos contra el filial del Atlético de Madrid estaban Montero y Mollejo. Imagínate la diferencia que habría si estuvieran en el primer equipo. Pienso que los filiales tendrían que jugar una liga aparte de los equipos más normales.
P: ¿Por qué?
R: Por una razón muy simple. Como los filiales nutren al equipo grande, cuando te enfrentas a ellos nunca sabes cuál es su potencial, porque nunca son los mismos jugadores. Hay equipos que cuando juegas contra ellos tienen a los 5 jugadores que normalmente están con los profesionales y no es lo mismo jugar contra ellos que sin ellos. La diferencia es abismal.
P: ¿En el futuro podríamos ver al Marino en el fútbol profesional?
R: Es imposible. Tendría que venir un inversor muy serio o algo parecido. Yo intenté imitar el modelo del Girona, ser colaborador de un club más grande, y contacté con el Manchester United para ver si nos podrían coger como equipo nodriza para que jugadores jóvenes del norte de España se formarán con nosotros, pero no lo conseguí. Como no sea algo así o que algún jeque aproveche que no tenemos deudas y que estamos a un paso del fútbol profesional para invertir en nosotros, es totalmente imposible. Somos un pueblo con 5000 habitantes y nuestro techo creo que es Segunda B. Lo que hemos conseguido, ser el equipo con más temporadas en Segunda B durante el siglo XXI y el rey en la Copa de la Federación Autonómica, creo que tiene mucho mérito para nuestras capacidades.