¿Por qué se han caído los líderes habituales de las 3 grandes ligas europeas?
Desde hace unos años Premier League, LaLiga y la Serie A vienen siendo las competiciones domésticas más importantes en Europa. A nivel de dinero generado por televisiones, éxitos deportivos, fichajes estelares o competitividad por el título la Bundesliga o la Ligue 1 todavía no pueden luchar con las tres anteriores, y aunque el campeonato alemán ha dado un gran boom durante los últimos años, todavía sigue un peldaño por debajo del top mundial. En estos meses que llevamos de competición estas tres ligas a pesar de su evidentes diferencias están teniendo algo en común. Los equipos dominadores durante estos últimos años no están todavía en el liderato.
El caso más evidente es el italiano. La Juventus, que ha ganado 9 Scudettos consecutivos, va quinta en la clasificación y dando sensaciones de que merecía estar más abajo, ya que la victoria ante el Napoli fue desde los despachos. El gran problema que está encontrando Andrea Pirlo, a parte de las lesiones de Alex Sandro, Chiellini o De Ligt, es el centro del campo. La leyenda italiana está buscando un jugador de un perfil similar al suyo, un regista que pueda organizar el juego y la presión del equipo, pero en su plantilla no tiene un jugador de esas características. El intercambio Pjanic-Arthur lo dejó sin esa posibilidad, y la llegada de McKennie tampoco le ha servido como solución, ya que el estadounidense es un jugador “box-to-box” que no puede organizar el ataque de su equipo. Hasta que el italiano no solucione este problema, que podría pasar por un cambio de sistema para quitar importancia al centro del campo y centrarse más en el ataque y así dar cabida a todo el potencial ofensivo juventino, la Juventus no va a ser uno de los candidatos claros al título.
En España, la Real Sociedad está dominando el campeonato gracias a estilo de fútbol ofensivo y al estado de forma de jugadores como Oyarzabal, Portu o Mikel Merino. Mientras tanto, el Real Madrid y el FC Barcelona van cuarto y octavo respectivamente. Aunque tienen algún partido menos que el conjunto donostiarra, si sumaran sus encuentros por victorias no podrían discutirle el liderato a los de Imanol Alguacil. El vigente campeón de LaLiga, el Real Madrid, tiene un problema grave de gestión de plantilla. Cada vez que Zinedine Zidane decide rotar sus piezas para dar descanso a alguno de sus jugadores, el rendimiento del equipo cae. Si Casemiro, Sergio Ramos, Mendy y en menor medida Valverde no están sobre el terreno de juego, el Real Madrid sufre mucho, sobretodo a nivel defensivo. Esto se debe a la mala dirección deportiva merengue, ya que hay jugadores fundamentales sin sustituto otros cuyo reemplazo está muy lejos de su mejor nivel, véase Isco o Marcelo. El técnico francés tiene que pensar soluciones para este problema, ya que unido a la falta de gol y a los problemas en el lateral derecho por las lesiones está haciendo que el Real Madrid esté muy lejos de poder pelear por ningún título. En Champions ya ha tenido más de un susto y en LaLiga el Cádiz lo dominó sin problemas y pudo irse de Valdebebas con 0-3 solo en la primera parte y el peor Valencia de los últimos años logró endosarle 4 tantos.
Su eterno rival, el FC Barcelona, está viviendo un proceso de reconstrucción que aunque ahora no está dando los resultados deseados, tiene mejor futuro que el proyecto blanco. Desde que Koeman llegó al banquillo del Camp Nou se están empezando a ver brotes verdes, como el caso de Pedri o la mejora en el rendimiento de Dembelé, que están empezando a ilusionar a la afición culé. Pero el entrenador holandés está teniendo dos problemas graves con dos pesos pesados del vestuario. El primero de ellos es Sergio Busquets. La espalda del mediocentro catalan es un coladero que los rivales están aprovechando muy bien para hacer daño a la defensa blaugrana. Koeman ya está dando más entrada a Pjanic para intentar solucionar esto, pero el bosnio todavía necesita tiempo para adaptarse al ecosistema blaugrana y dar su mejor nivel. El otro problema es Leo Messi. Por ahora, el argentino no está siendo el jugador diferencial que ha sido siempre, y eso el FC Barcelona lo nota. Aunque el exseleccionador de Países Bajos está intentando acomodarle de la mejor manera posible a su esquema (ya ha probado tanto en banda derecha, de mediapunta como de delantero centro) pero Messi sigue lejos de su mejor versión. Obviamente, a un jugador de su magnitud no lo puedes relegar al banquillo, por lo que Koeman tiene que dar con la tecla con el astro argentino para motivarle y hacerle volver a su mejor nivel.
En Inglaterra, aunque Liverpool y Manchester City ya han encajado una goleada cada uno (7-2 de los reds ante el Aston Villa y un 2-5 de los citizen contra el Leicester) siguen siendo dos de los mejores equipos del mundo, pero ninguno de los dos está en el liderato de la Premier League. Los pupilos de Guardiola están teniendo que reponerse a la lesión del Kun Agüero y ni Gabriel Jesús ni Ferran Torres están consiguiendo tener la efectividad de cara a puerta que tiene el argentino. Además, los rivales están sabiendo atacar una de las grandes debilidades de este Manchester City, la transición defensiva. Tanto el Leicester como el West Ham, dos de los equipos que han rascado puntos a los citizen, han sabido esperar en un bloque bajo, dándole la pelota y matando a los skyblues al contragolpe. Por su parte, el Liverpool está sufriendo una plaga de lesiones que está lastrando al equipo. Van Dijk, Thiago, Fabinho, Alexander-Arnold y Joe Gómez hacen que Jurgen Klopp se quede sin alternativas en el primer equipo para el puesto de central, ya que el único sano es Matip. Aunque en ataque tiene a todos sus efectivos inspirados (Diogo Jota ya lleva 7 goles en todas las competiciones) estos varapalos pueden hacer que tenga que mover todas las piezas para compensar el desbalance defensivo.