Se busca nueva estrella blanca
Si algo caracteriza a Florentino Pérez es su habilidad para contratar estrellas. En su primera época en el Real Madrid (2000-2006) ya se hizo con los servicios de varios de los mejores jugadores del mundo, véase Luis Figo, Zinedine Zidane o Ronaldo Nazario, y tras unos años de descanso, el mandatario blanco volvió a la presidencia con el fichaje más caro de la historia bajo el brazo, Cristiano Ronaldo. Karim Benzema, Gareth Bale, Luka Modric, Eden Hazard… Durante sus 10 años de su segundo mandato el Real Madrid ha estado plagado de jugadores de talla mundial. Pero este año el Santiago Bernabéu se ha quedado sin estrella. La salida del astro portugués sumada a la lesión de Hazard y la política de fichajes basada en hacerse con jugadores con gran proyección más que con jugadores contrastados ha llevado a una situación crítica al madridismo. Falta un jugador top capaz de echarse el equipo a la espalda en ataque.
Por ello, la afición blanca ha puesto sus ojos en dos jugadores con un perfil similar, jóvenes, con mucho futuro por delante y con gran peligro en el área rival, pero muy distintos entre ellos. Haaland y Mbappe. Dos futbolistas llamados a dominar el fútbol post Messi y Cristiano. Aunque existe la opción de hacerse con los dos, parece una misión prácticamente imposible, por lo que el Real Madrid debe elegir. Haaland o Mbappe.
Desde su irrupción en la anterior edición de la Champions League, Erling Braut Haaland (2000) no ha dejado de impresionar al mundo. Ni siquiera el salto de nivel que dió el año pasado, pasando del RB Salzburg austriaco al Borussia Dortmund, ha servido para intimidarle. Sus registros goleadores (51 goles en 52 partidos) demuestran que su contratación es sinónimo de gol. Además, es un jugador que se adapta a todo tipo de contextos. El noruego es capaz de marcar la diferencia tanto con espacios para salir al contragolpe gracias a su gran zancada (su velocidad punta es de 35 km/h) como contra equipo que se replieguen mucho más atrás y obliguen a ataques más posicionales, ya que su instinto en el área le hace estar siempre en el lugar adecuado para anotar. Lo único que puede echar atrás su fichaje es que solamente se desenvuelve en la punta del ataque, y aunque no ha probado en otras posiciones, no parece que sea su punto fuerte.
Por su parte, Kylian Mbappé (1998) ya es un habitual en la élite. Su irrupción también se dió en la Champions League, en su caso en la edición 2016/17, en la que fue capital para que el As Mónaco llegara a unas semifinales en las que acabó cayendo ante la Juventus de Paul Pogba. Ese verano el Real Madrid ya se quiso hacer con él, aprovechando que dos de los ídolos del joven francés son Cristiano Ronaldo y Zinedine Zidane, pero el PSG dio un golpe en la mesa y se lo llevó a la capital de Francia tras abonar 180 millones de euros, siendo el segundo traspaso más caro del mundo tras el de su compañero de equipo, Neymar. Durante estos años, Kylian Mbappe ha sido parte de una de las delanteras más temibles del mundo del fútbol, recién subcampeona de Europa, pero parece que su evolución se está estancando. “Donatello” necesita un jugador con fantasía y capaz de atraer a varios rivales para tener espacio y aprovechar su gran virtud, su velocidad. Neymar es un jugador perfecto para realizar esas funciones, pero en el Real Madrid no tiene un jugador de sus características, a no ser que Eden Hazard recupere su mejor nivel.